¿Cuántos «likes» necesita Facebook para conocerte?

Dicen algunos que los multimillonarios del futuro serán aquellos que se muevan como pez en al agua en la inteligencia artificial y todas sus disciplinas aledañas.

Y es que, nos cueste a menudo admitirlo, las máquinas consiguen no pocas veces hacer morder el polvo a los humanos, y no solo a la hora de ejecutar complejísimos cálculos matemáticos sino también a la hora de hacer juicios sobre la personalidad de las personas.

Así lo demostró allá por 2014 una investigación llevada a cabo por la Universidad de Stanford y la Universidad de Cambridge.

En una primera fase los investigadores que tomaron parte en este informe solicitaron a 86.000 voluntarios que completaran el denominado Fondo Internacional de Elementos de Personalidad, un cuestionario que mide las cinco grandes dimensiones de la personalidad humana: apertura a nuevas experiencias, responsabilidad, extroversión, amabilidad y neuroticismo o inestabilidad emocional.

Simultáneamente los compañeros de trabajo, los amigos, los familiares y otras personas importantes en las vidas de los voluntarios cumplimentaron su propia versión del Fondo Internacional de Elementos de Personalidad (con el foco puesto en los sujetos evaluados). Además, los investigadores pusieron también bajo la lupa los «likes» de los voluntarios en Facebook.

¿Y si Facebook pudiera conocernos mejor que nuestras seres queridos?

A continuación los ordenadores se pusieron a trabajar y los autores de la investigación determinaron que este es el número de «likes» en Facebook que necesita la inteligencia artificial para conocer mejor las preferencias individuales de los voluntarios evaluados que las siguientes personas:

  • Colegas de trabajo: 10 «likes».
  • Amigos: 70 «likes».
  • Padres o hermanos: 150 «likes».
  • Pareja: 300 «likes»

En este sentido, con 300 «likes» los algoritmos (los mismos que utiliza Facebook) son capaces de conocernos tanto o más que nuestra propia pareja, tal y como recoge Inc.

Resulta, por otra parte, abracadabrante pensar lo que podría llegar a conseguir la inteligencia artificial si a un puñado de «likes» en Facebook se añadieran comentarios, «shares», tuits e historiales de búsquedas.

Conviene en todo caso señalar que el modelo apoyado en los «likes» de Facebook propuesto en su estudio por Universidad de Stanford y la Universidad de Cambridge funciona mejor para algunas dimensiones de la personalidad que para otras. La apertura a nuevas experiencias del individuo es, por ejemplo, difícilmente evaluable a ojos de las personas, pero no lo es tanto para las máquinas, que juegan claramente con ventaja en este caso en particular.

La IA puede llegar a conocernos mejor que lo hacemos nosotros mismos

Al fin y al cabo, la apertura a nuevas experiencias se expresa en buena media mediante los intereses, las preferencias y los valores individuales de las personas y tales intereses, preferencias y valores se reflejan como un espejo en los «likes» de Facebook.

Si bien los algoritmos tienen sumo tino midiendo el grado de apertura del individuo a nuevas experiencias, presentan, por el contrario, severas deficiencias a la hora de pulsar la satisfacción vital de la persona evaluada. Y es que pulsar el botón «me gusta» en unas cuantas frases motivacionales no significa realmente que queramos llevar una vida más satisfactoria (quizás tales frases no son sino un refrendo de nuestra propia satisfacción vital).

Así y todo, en algunos casos los algoritmos de la investigación de la Universidad de Stanford y la Universidad de Cambridge consiguen no solo realizar un retrato más certero del individuo que sus personas más allegadas sino también que él mismo. Las personas tienden, por ejemplo, a hacer un cálculo ligeramente exagerado de sus amistades (un yerro al que son, en cambio, ajenas las máquinas).

Lo que está claro que la inteligencia artificial va a tener muchísimo protagonismo en el futuro y aquellos que la dominen con maestría están abocados en convertirse en los nuevos amos del mundo.

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